Rosh ha-Shaná 5758
2 oct 1997 / 1 tishri 5758
(Traductora: Lucía Juez, atoscano@arrakis.es)

Con frecuencia se me ha preguntado porqué empleo tanto tiempo en
promocionar el pluralismo religioso en Israel. ¿No es una desviación
de la crisis de continuidad en América, la que, después de todo, es mi
principal preocupación?. El hecho es que ambos están relacionados.
Israel es un componente importante de la identidad judía americana.
Si Israel llegase a ser irrelevante o molesto para los judíos americanos,
nuestra capacidad para resistir las fuerzas de asimilación se vería
gravemente trabada. Como sionista incondicional, apoyaría a Israel
incluso si se convirtiese en un gueto arrojado a la oscuridad de los tiempos
más desesperados. Pero un estado tan restrictivo y coercitivo tendría poco
significado para nuestros nietos.

Por tanto, la campaña por el pluralismo religioso es profundamente
existencial. Se trata de trasformar Israel en un país respetuoso con la
diversidad religiosa, lo que ha distinguido la vida judía desde su
emancipación, atenta a las sensibilidades religiosas de los judíos en la
diáspora y que apoya la panoplia de expresiones del judaísmo. Se trata de
acabar con el completo dominio de lo ortodoxo en el gobierno y el
silencio de la jefatura israelí frente a la violencia física y verbal de
aquellos contra otros judíos. Se trata de fortalecer un Israel que ha de
continuar siendo fuente de orgullo, valores y aprendizaje para todos
los judíos en la diáspora.

Después de ocho meses de lucha, podemos señalar sólidos resultados.
Por primera vez, un gobierno israelí está negociando con los movimientos
reformista y conservador en el marco de un comité encabezado por el
Ministro de Finanzas Yaakov Ne´eman. Aunque las negociaciones sean
excesivamente prolongadas, las perspectivas de una propuesta sobre
conversión y quizás otros asuntos son buenas. Dada la cólera de la comunidad
judía americana, el gobierno está resuelto a evitar la aprobación de cualquier
proyecto de ley sobre conversión en el Knesset.

Igualmente importante es que la dirección de la Federación-UJA (United
Jewish Appeal) está respondiendo favorablemente a la petición para destinar
más fondos al pluralismo religioso en Israel. En 1998, la Agencia Judía (Jewish
Agency) doblará sus préstamos anuales al movimiento con 5 millones de
dólares (el primer incremento en más de una década) y la UJA nacional ya
ha comenzado a reunir 10 millones de dólares para los proyectos reformistas
y otros tantos para los conservadores, en una campaña complementaria, que
esperamos que llegue a ser anual. Asimismo, las federaciones locales, están
reservando más fondos que nunca para la directa inversión en Israel, buena
parte de los cuales se destinarán seguramente al pluralismo religioso.

Estos alentadores avances son un buen augurio para una creciente colaboración
entre los movimientos religiosos y el mundo. Saludo el coraje de la jefatura de la
Federación-UJA al reordenar sus prioridades filantrópicas una vez más e instar
a todos los judíos a contribuir generosamente con sus federaciones locales.

Mi objetivo es trabajar dentro del sistema, no ponerlo en peligro. Desde el
principio, sabía que en la década de los 70 la federación había ampliado su
misión al incluir la educación judía y en la década de los 90, a fortalecer la
sinagoga. Ambas decisiones representaban la voluntad de cruzar la secular
división religiosa, y ambas tuvieron éxito porque fueron llevadas a cabo con
una imparcialidad ejemplar, precisamente la actitud ausente en Israel. La
agenda del pluralismo religioso en Israel no es más que otro ejemplo de
sensibilidad hacia el constante desafío que supone impulsar las fuerzas para
la continuidad judía en América.

Finalmente, necesitamos reconocer la emergencia de aliados en Israel.
El país está latiendo con una búsqueda nacional de la renovación religiosa.
Cada vez más, los israelíes están entregados al estudio serio y no dogmático
de su patrimonio religioso. Por todo el país proliferan pequeños grupos de
adultos seculares y religiosos, absortos en el estudio del Talmud y el Midrash.
Las escuelas de TALI para sus hijos no están pudiendo abrirse lo suficientemente
a tiempo. Nuestra campaña para el pluralismo religioso ha captado la atención
de los medios de comunicación nacional. Si tan sólo pudiéramos cubrir este
panorama con lugares de reunión para alternativas religiosas, empleando en
ellos y en las instituciones ya existentes, a los jóvenes profesionales israelíes
graduados en nuestro Beit Midrash haríamos del pluralismo religioso un valor
primordial de la sociedad israelí.

El tema de la unidad mundial es tema principal en nuestra liturgia de Iamim
Noraim. La cuarta beraja de cada amidá que recitamos en Rosh ha-Shaná y
Yom Kipur entona una ferviente oración acerca de cómo Dios podrá ayudarnos
a lograr aquello que está más allá del alcance humano. A fin de subrayar nuestra
insuficiencia, el verbo es incluso utilizado en la voz pasiva: "Que la humanidad
podrá ser rehecha (por Dios) para constituir una única comunidad realizando la
voluntad de Dios con un corazón perfecto.". Un pueblo judío escindido malamente
podrá conducir a la humanidad hacia este elusivo ideal. Estando a la greña unos
con otros, los judíos desvirtúan la grandeza de la ética monoteísta.

Aún más, una unidad judía construida sobre el desprecio y la coacción es moneda
falsa. El poder siempre corrompe las intenciones de la piedad. Aceptar el status quo
en Israel es abogar por una caricatura del judaísmo. La unidad debe descansar
sobre la igualdad para todos y las declaraciones de amor deben ser seguidas de
una extensión de derechos, o de lo contrario Israel perderá la lealtad de su distrito
electoral en la diáspora, en detrimento de ambos.

En este próximo año, quiera Dios imbuirnos con la sabiduría y compasión para
comprender que la unidad es más importante que la "verdad".

Leshaná tová tikatevu

Atentamente,

Ishmar Schorsch

La publicación y la distribución de los comentarios de los parashá ha-shavuá
de Dr Schrosch han sido posibles por la colaboración generosa de Rita Dee y
Harold Hassenfeld.